lunes, 14 de diciembre de 2009

Mi única oportunidad

No bien entrado el mes de diciembre, me levanto una mañana y por instinto lo primero que hago es encender el celular, (mi Blackberry amado, una de las mejores cosas que me pasaron en el 2009, si lo amo, ¿y que?), un minuto después el aparato vibra y me avisa que hay un mensaje nuevo.

Es Leonardo, el mismo que desde hace meses es motivo de mi dolor, el mismo que cada amanecer me olvida un poquito más...

Dice que me extraña, que lleva mucho sin poder sacarme de sus pensamientos y me quiere ver.

Abro y cierro el mensaje más de tres veces, lo releo letra por letra a ver si así comprendo que es cierto. Concluyo en que después de todo, él también piensa en mi... Solo Dios sabe el alivio que sentí al ver que no estaba tan en el olvido como lo creí.

Me tiembla todo el cuerpo, me pasa todo tipo de pensamientos por la mente, no sé que hacer, quiero llamarlo, quiero que me llame, no sé que responder.

Mis uñas comienzan a desaparecer, las mariposas en mi estomago se despiertan, la razón me frena, me dice que no sea estupida… El corazón se emociona, pero se llena de miedo, se niega a entrar en juego otra vez.

¿Qué hago?

Fue la pregunta que le hice a Dorita cuando la vi y le conté lo sucedido.

Inesperada fue la respuesta que me dio…

¨Yuyita, yo soy tu amiga y reconozco que eres linda y muy inteligente pero para ser sincera tu eres muy complicada, yo no creo que exista otro hombre que te aguante como lo hace Leonardo, así que con honestidad te digo que debes de hacerte la loca con todo lo que ha pasado y quedarte con él¨…

¿Ya mencione que fue una respuesta completamente inesperada?, porque realmente no me pudo impactar mas de lo que lo hizo, sus palabras se repitieron todo un día de manera constante en mi cabeza. No supe que responderle, escogí el silencio.

Reconozco que no soy un ser muy convencional, que poca gente logra comprenderme, que a veces mi humor es tremendamente cambiante y mis decisiones resultan bastante repentinas.

¿Pero realmente son esas razones para pensar que no me queda otra alternativa que la de quedarme junto a un hombre porque probablemente no exista nadie más que me pueda soportar?

¿Será que no me queda otra opción que olvidar todos los problemas que provocaron nuestra separación y luego la rubia despampanante con la que se paseo, se beso y gozo por mas de seis meses?

¿Será que no hay otro ser que pueda ser capaz de entenderme y permanecer a mi lado?

La conversación con Dorita, en lugar de ayudarme a aclarar mis dudas, me confundió aún más y para ser sincera me dejó con el deseo de tener el poder para convertirme en otra persona, una más normal tal vez…

Un deseo que solo podrá ser posible en otra vida, porque en esta, esto es lo que me toca ser… Simplemente Yuyita.