Yuyita Flores vive luchando con la vida y los amores; en su diario relata dichas y desventuras tan femeninas como humanas, de seguro encontraras algo de ti en ella.
Esta es la segunda publicación de Yuyita en la revista Pink, disponible desde ayer en Bondelic de la Sarasota, Outback, Hooters, Friday, Springfield, Carmel, Champagne Cafe, Rosalinda, Casa Avila, Chilis, Cafe Magnolia y Cinnabon de Blue Mall. Es completamente gratis. La historia escogida para esta entrega fue el post ¨Flores porque sí¨ el cual puedes leer en su versión original clickeando AQUI
La historia elegida para la primera entrega fue ¨Viviendo la vida loca¨, otro post que puedes disfrutar en su versión completa clickeando AQUI. Pueden sugerir libremente cual de estas historias entiende merece la próxima publicación en la revista Pink.
Mi caso está en manos de una psicóloga
desde hace meses, después de pasar por un largo e innecesario mal de amores crónico
entendí que necesitaba un poco de ayuda. Igual como le pasa a algunas mujeres que
deciden dar a luz natural y sin nada que les calme el dolor y ya casi en el
parto no resisten más y ruegan por cualquier droga que les de algún alivio.
Me ha mandado a conocer hombres, me lo ha
asignado como tarea, dice que la idea no es enamorarme de nadie y que debo
aceptar cualquier invitación aun cuando se trate de alguien que no me guste.
Siento un frio nada divertido en el estomago cuando ella dice eso, llega de
inmediato a mi mente esas salidas tan insípidas y estúpidas junto a gente que
nada tienen que ver conmigo.
Bueno pero hay que hacerle caso a lo que
dice entonces yo acepto la invitación que tanto he rebotado para una pizzería que
publicitan como lo último de los muñequitos. El tipo no se ve mal, es
inteligente, estudiado, tiene su propio negocio y todo encajaría perfecto si… ¡el
jevo no discutiera todo lo que yo digo!,
no está de acuerdo con nada, hasta la cantidad de servilletas que había
en la mesa se convirtió en un tema de discusión. Extrañamente al final de la
noche termino de lo más encantado diciéndome que quería repetir pronto la
salida y hasta me dio un beso que estuvo
más próximo a mi boca que a la mejilla.
¡Descartado!, demasiado conflictivo, además
tiene un bigotico medio raro que me molesta de solo pensarlo.
Javier fue el siguiente, me invito a caminar por la zona colonial, nos sentamos
en un banco y hablo hasta casi dormirme. Hablo de religión, de política, de
misterios del universo, de la literatura griega, de su familiaridad con
Balaguer y no sé cuantas cosas más. Luego de dos horas mi estómago sonaba del
hambre, él no se callaba y tampoco parecía que hubiera plan de comer. Le dije “deberíamos
comer algo” y entonces saco de sus bolsillos dos barritas de granola. Fue todo
lo que me ofreció, además de su extenso e inacabable monólogo.
La experiencia me sirvió para cuando acepte salir con Elías, le advertí que iría
al cine pero que después tenía que cenar y así fue. No tengo quejas de él, era el tipo más divertido con el que había compartido en mucho
tiempo. Nos entendíamos, no me aburría, las conversaciones de todo y nada no se
acababan y esa salida fue solo el inicio de algo que se fue poniendo muy
interesante.
Una mañana abrí los ojos e instintivamente encendí el celular para ver si el ya
me había escrito algo, ahí me di cuenta de que él era mi primer pensamiento del
día, lo que yo buscaba para sentir que desperté.
No, no me emocione, me pase la mañana preocupada
pensando que estaba sintiendo la necesidad de Elias y no me gustaba para nada
la sensación.
Decidí llamarlo y le mentí, le dije que
habia regresado con Leonardo y que no podría seguir en comunicación con él.
Entonces deje de pensar en Elias y regrese
mi mente y sus ideas recurrentes, a Leonardo, a mi frustración, a mi realidad
aparentemente imposible de cambiar, a mis deseos cambiantes, estancados,
errados.
Me faltaban dos hombres más para completar
la tarea que se me asigno y como un mes para regresar a ver a la psicóloga,
pero adelanté la cita y me le senté de frente para decirle:
"Mire doctora, yo creo en su capacidad y la
respeto, pero tengo que ser sincera conmigo y con usted, aunque todo este muy
mal yo amo a Leonardo y ese amor por mas que yo he tratado, no tiene condición alguna,
lo amo si me falla, si se va, si regresa, si me ignora, si me ama, lo amo
siempre, todos los días. Lo pienso, lo respiro, lo adoro.
Por más hombres
que conozco y más cosas que vivo, nada es mejor que él para mi. Nadie tiene la
capacidad de hacerme tan miserable o tan feliz como el lo hace."
Dije todo eso y no
puedo explicar lo libre que me sentí de admitir en voz alta que lo amo a pesar
de todo.
Esta decidido, de todos los hombres, de
todas las bendiciones, las dichas y todo lo bueno, él es el ganador, al menos
para mí que no encuentro nada que lo supere todavía.
¿Qué hare?, la pregunta del millón de
pesos, ya no seguiré pataleándole a la vida ni queriendo resolverlo todo en un
chasquido de dedos. Seré una Penélope moderna, tal vez no me siente a tejer en
un muelle o en el banco de una estación de trenes, más bien seguiré tecleando y
corriendo en mi trabajo mientras pasan los días, pasa el tiempo y llega
nuevamente mi hora…
Tal vez no vuelva, pero yo esperare
y apostaré a que sí.