sábado, 27 de marzo de 2010

Un Facebook en el corazón


En mis días de adolescencia, las citas Bíblicas formaban parte de mi cotidianidad por estar en un colegio católico. Tal vez por eso suelo relacionar tantas situaciones cotidianas con alguna de las que aún recuerdo.
Por ejemplo hoy no me sale de la cabeza la parábola sobre la lámpara , aquella que dice “Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de una cama? No, una lámpara se pone en lo alto para que alumbre…”
El hecho no es que hoy me sienta particularmente religiosa, son los reclamos de Leonardo de ser incluido en mi vida virtual, lo que me hacen pensar en esto.

Si porque desde que el Facebook se convirtio en el oráculo de mi generación, se asume que todo lo que realmente te importa debe de estar en el mismo y como Leonardo no aparece en el mio, da la impresión de que no existe para mi y el exige una explicación.

Al contrario de muchas otras parejas, a las cuales confieso envidiar a más no poder, mi estado civil no dice “en una relación”, mucho menos indica el nombre de mi tormentoso amor y mis fotos tratan cualquier tema o evento, pero en ninguna figura él, como lo hacia hace años en mi habitación de adolescente, donde un portaretrato justo al lado de mi cama lo llevaba en el centro, provocandome suspiros y besos que fueron deteriorando la imagen .

Foto que hoy descansa guardada en mi cajita de recuerdos más preciados, justo en el primer nivel de mi abarrotado librero.

Quise tener argumentos para responderle algo convincente, que no lo hiriera, que no le hiciera pensar lo peor, pero no se me ocurrio nada.

La verguenza no es la razón, la estrategia de parecer siempre soltera tampoco, menos la intención de ocultar lo que tenemos, pero nuestra relación tampoco es una lámpara que puede iluminar una habitación.

Entre los dos hay miedo, inseguridades, inestabilidad y hasta un poco de dolor guardado, solo para aquellos momentos en que las crisis afloran y los agravios tienen licencia…

Y aunque nada de eso se vea en una simple foto o con cambiar el estado civil a “en una relacion”, me sentiría hipocrita si un día llena de ira o con el corazón hecho cuadritos nos veo a los dos sonriendo, pareciendo una pareja feliz, como si nada de lo que nos decimos cuando llegamos al punto de no soportarnos, hubiese atravesado mis oídos o lo que es peor… Mi corazón.

Ningun otro estado civil describe mejor nuestra relacion como “it’s complicated”, porque realmente lo es… No podemos estar juntos porque nos matamos, ni estar separados porque nos morimos…

Hoy me desperte dandole vueltas a este insignificante asunto cibernetico y me llevo la sorpresa de haber sido borrada de su lista de amigos en Facebook, o sea, que no tengo acceso a su cuenta y él no puede ver la mia… Luego confirme que tampoco estoy en ninguna de sus fotografías…

Y fue así como de repente Yuyita salio del sistema de Leonardo, sin avisos, sin escándalos, sin deseos de revancha, solo con la simple voluntad de ser borrada para siempre… Dejándome con las inmensas ganas de tener un facebook en e l llugar del corazón y con igual facilidad borrarlo de mi lista de “amigos” hasta el final de los tiempos…