sábado, 7 de abril de 2012

Ser importante


Mi tío Armando es adorable, yo siempre lo he considerado así, a pesar de todas las críticas que siempre recibe en la familia por, nada más y nada menos, que ser dadivoso.

Todos se benefician de ese defecto, sin embargo igualmente hablan mal de él, dicen que quiere comprar el cariño de la gente y que lo hace lucir algo desesperado.

Yo pensé por un tiempo igual, luego crecí y me di cuenta que desesperados andamos todos por la vida y eso nos lleva a hacer muchos disparates.

Pero creo que lo defiendo porque me he llegado a sentir como él muchas veces y no es un asunto nuevo, creo que desde muy niña ando haciendo ese mal negocio de dar mucho para recibir hasta una simple aprobación.

Cuando llegaban las épocas de exámenes, casi la mitad del curso tenia que lidiar con materias reprobadas y segundas convocatorias, yo nunca supe lo que era eso, pero igual atravesaba todo el proceso de volver a estudiar y comerme hasta las uñas por mis compañeros que se acercaban a mi con cara de borrego a medio morir para que los ayudara a estudiar; y yo asumía con tal pasión esa labor que hasta medio me convencía que me estaba pasando a mi.

Me necesitaban, eso me hacia sentir importante. Tal vez por eso mi tío Armando es como es, porque quizás lo haga sentir importante que los demás recurran a él aunque sea para aprovecharse de su bondad.

Pero es tan efímero el sentimiento, porque tan pronto como todos aprobaban sus materias llegaban las vacaciones, nadie recordaba agradecer nada, y cuando regresábamos a las clases no tenía ningún nuevo amigo. Era como si esas tardes llenas de números y letras nunca hubieran sucedido.

Y así, tan chiquita, aprendí que ser importante tenía un precio y el asunto no reportaba ganancia alguna.

Entonces conocí a Luis Alfonso, en el bachillerato y la frase ¨ser importante¨ cobro un nuevo sentido para mi. El estaba más que decidido a triunfar en la vida, se lo decía a todos y no le importaba que se rieran o se burlaran de él.

No tenia muy claro en que quería llegar a ser importante o como iba a conseguir su cometido, lo único que sabia era que iba a ser importante y tan firme lo decía que yo me lo creí.

Al llegar el momento de elegir la carrera a estudiar, al contrario de lo que todos pensábamos, Luis Alfonso era el más confundido de todos, no sabia que quería.

Una tarde llego a mi casa y luego de hablar algunos temas triviales me pregunto con seriedad: ¿Cómo seria yo más importante, siendo un abogado, un empresario o un doctor?

Quede muda por un momento, para mi todos son importantes, pero no en el sentido que él lo pregunta. Le di una respuesta vaga y lo distraje para no abundar. En los años siguientes Luis Alfonso anduvo brincando de una facultad a otra sin sentido.

Quiso ser ingeniero, medico, abogado y finalmente administrador de empresa. En esta ultima carrera tuvo más suerte, logro llevarla a la mitad y conseguir un buen empleo. En sus palabras, es un puesto por el que cualquiera mataría. Además le permite usar saco y corbata, cosa que sé, eleva considerablemente su ego.

Hace tiempo que no lo veo, trabaja de lunes a lunes, con un jefe que esta convencido de que en lugar de un empleado tiene un esclavo, lo maltrata, le exige buena presencia, puntualidad en la hora de llegada, aunque no tenga hora de salida, cero remuneración por horas extras, nada de bonos abultados, ni distinciones especiales. Su mayor beneficio es el privilegio de decir que trabaja en una gran empresa.

Empresa que se esta consumiendo su vida en grandes bocados. Para mi eso también es un mal negocio, pero no opino, él es feliz vendiéndonos el sueño de que logro ser tan importante como lo dijo siempre.

Con el pasar del tiempo yo aprendí que quienes logran ser importantes en sus carreras son aquellos que tienen una verdadera vocación y le ponen el corazón a lo que hacen, y a veces esto no tiene siquiera que ver con un titulo universitario o de bachiller. Pero sin importar que tan famoso, bello o increíble seas, lo más que consigues de las demás personas es su admiración o envidia, nunca llegas a estar en la lista de millones de personas como ¨lo más importante¨.

Ser importante para una persona, es mucho más que suficiente para sentirse feliz en la vida. Ser importante en otro sentido para mi no es más que una tontería.