Desde hace
un tiempo a la fecha mis amigas se dividen entre las que se declaran miserables
y las que son inmensamente felices. No, no hay términos medios.
Yo, de unas
y de otras me he alejado, deseando con todas mis fuerzas encontrar gente que
este como yo, simplemente viviendo, sin exceso de felicidad ni en medio de un
vendaval existencial.
Las de
inmensa alegría, intentan convencerme de que necesito lo que ellas tienen para
estar completa, para conseguir su nivel de éxtasis.
Las de
tristeza y dolor, me arrastran a un lugar oscuro del pasado, de donde no creí
iba a poder salir y en el cual no quiero ni pensar.
Si, me
siento mala amiga, mala persona también. Pero yo no hice las reglas, el mundo
gira todos los días con milagros y desgracias por montón, a cada quien solo les
toca llorar o celebrar las que les asignan, y claro, aquellas que le son muy
cercanas.
Una de las
cosas que aprendí en mi más reciente crisis de vida, es que mientras más uno revuelve las miserias, más se lamenta y más las piensa, más se aferran ellas a uno, estas se van fusionando contigo, se convierten en tu himno, tu escudo, y si las dejas, hasta en tu cedula de
identidad. Encima se empeñan en contagiar a todo el que puedan, si los demás se descuidan y lo permiten.
Algo de mi
rechaza los contagios de emociones, será que con el tiempo uno aprende a
cuidarse la salud mental… Lo peor es que buenas o malas, las emociones se
quedan contigo sin tener nada que ver con tu realidad. Ya a estas alturas yo me
cuido y les tengo más asco que a la tos o el estornudo viral de cualquiera.
He renunciado a las películas empalagosas,
femeninas y cursi, así como la española y popular ¨Tres metros sobre el cielo¨, que
encima tiene una continuación. Porque si la veo estando soltera me hace sentir miserable
y desesperada por encontrar ese alguien. Y si estoy en una relación, siento que con
quien estoy no es lo suficientemente wow, como aquel protagonista y aquella
historia.
He tenido
un pleito fuerte con la famosa trilogía ¨50 sombras de Grey¨, es una propuesta
insulsa para quienes estamos acostumbrados a la lectura, pero bueno lo he
asumido como una tarea de marketing. Entender lo que le gusta a las masas.
Vuelo páginas
enteras, me harta exceso de descripciones sexuales,
la poca creíble potencia de ese hombre inagotable, lo repetitivo de sus
diálogos e ideas. Pero ok… Admito que llega a partes en las que atrapa mi
atención y me hace entrar en el ¨mood¨ Christian Grey, no en lo sado, pero si
en lo cursi, en lo seducida, en lo enamorada de ese personaje tan paradójico
que juega con el poder, la humillación, los golpes y el sexo, pero además es
capaz de bajar el cielo por su amada, ser tan expresivo como soñamos fueran
todos y encima estar buenísimo y podrido en dinero.
Si… Me
trauma, al terminar de leer par de paginas quiero que Enrique me llame y me
diga todo lo que le dijeron a Anastasia Steele, que busque un helicóptero y
volemos de una ciudad a otra solo para cenar. En fin…
Un día en
que estaba sumergida en esta lectura, se me ocurrió llamar a Enrique como
esperando provocar en él la inspiración de decirme todo lo que yo era para el,
escuchar cosas tan exageradas como que no podía vivir sin mi, y cursilerías por
ese estilo. Yo con la expectativa por las nubes lo escucho responder el
teléfono y decirme con desgano… ¨Estoy dormido¨, lo que es sinónimo de
¨hablamos después¨. Obviamente colgue.
Llamando
Yuyita a tierra… Y aterrizo.
Esta es mi
realidad, y me hace quedar por encima de mucha gente que esta pasando por
momentos muy difíciles y aunque eso me encoje el corazón, no hay mucho que yo
pueda hacer.
Esta es mi
realidad, aunque quede por debajo de tantos cuentos de princesas, castillos, dragones y príncipes, es mi realidad porque la elegí, y si bien quisiera que a veces
lloviera confeti mágico del cielo y algunos momentos tuvieran fanfarria, lo que me toco lo
elegí porque es lo que quiero.
Estoy
conforme y me dedico a disfrutar de este cuento que es humano, es real, pero
dependiendo de cómo lo veas, es hermoso, casi un milagro; porque después de aquella
tormenta emocional de la que no creí poder salir, ya al fin todo esta en paz,
equilibrio y armonía.
Todo el que
ha vivido cosas difíciles, sabe que esto es mucho más que suficiente para
sentirse conforme con la vida. Yo lo estoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario