lunes, 29 de abril de 2013

Fecha de caducidad


Pecaré de ser desagradable y hasta podré ser considerada una envidiosa por lo que diré, pero sí,  yo creo que llegara una época en que la gente de mi generación comenzara a divorciarse todas al mismo tiempo.

Y así como ahora llenan de fotos de compromisos, anillos y vestidos de bodas, embarazos y bebes, en esa venidera época oscura lo que resaltara serán las ausencias. Las de fotos y estados felices.

No sé si de aquí a allá se habrán inventado una notificación que le avise a todos ¨Fulano de tal se ha divorciado¨, pero igual no creo que muchos quieran gritar aquello, en esos casos se usa el silencio. Nadie anda pregonando sus fracasos.

Además no causa el mismo efecto un ¨estoy enamorada¨ a un ¨me esta llevando quien me trajo¨.

Esta nefasta teoría la baso en lo que viví y en toda la gente de generaciones más adultas que hablan tan mal del amor o que han hecho de su matrimonio un deporte extremo… (Siempre manteniendo la relación y a la pareja al borde del fin, en un solo lio, para poder sentir algo).

¿Qué tan larga fue la relación más larga que tuviste en tu vida?, cualquiera que sea la respuesta, sino llegas a los 30, te aseguro que no duro más que la mía. No, no diré el número, juré cuidar mi dignidad y no decirlo en voz alta después que los aniversarios llegaron a dos números.

Estábamos conectados, yo lo pensaba y al instante llegaban minimensajes de él, diciéndome cosas similares a las que andaba fantaseando.

Si por algo discutíamos, las reconciliaciones eran una experiencia que superaban cualquier sueño. Cuantas emociones, cuanta pasión, cuanta felicidad de un solo golpe. Se podía llenar la mitad del mundo con ese sentir.

Que decir de los besos, del compartir íntimo, del deseo… Éramos como imán y metal. No había que hacer ningún esfuerzo.

Si quieren saber que pasó, yo diría que la vida y el tiempo. Es triste, es feo, pero tengo la ligera impresión de que el amor tiene fecha de caducidad y eso de ¨hasta que la muerte los separe¨ es más una historia de resignación, que de amor.

No sé quien se lo invento, pero pasarse la vida entera con una sola persona, no es humano. 

Todos en algún punto nos cansamos, el amor se va transparentando, ese tener agarrada la mano del otro comienza a sentirse incomodo, se deja de sentir la conexión interna y solo se siente el molesto sudor entre la mano propia y la ajena.

Una noche, cumplí con mi ritual de terminar todo el trabajo corriendo para que me diera tiempo de ir a verlo, porque hacían días que solo hablábamos con whatsapp, ya ni la voz nos escuchábamos, pero para ser honestos a ninguno de los dos eso nos importaba. Llegue algo presurosa y lista para vivir lo que sea que yo creía que aún vivía con él.

Nos tiramos en la cama, mirando los dos hacia el techo y comenzo un concierto de quejas casi al unísono: ¨Que mal día¨, ¨cuanto estrés¨, ¨mi jodido jefe…¨, ¨tengo que llevar al gato al veterinario¨, ¨se me daño el aire del carro¨, ¨No tengo nada de dinero¨, ¨estoy cansad@¨.

Luego un silencio inmenso, y se me hizo insoportable las ganas de huir de allí. Trate de permanecer para no llamar su atención con mi huída, para no tener que conversarlo. Y entonces me percate, de que ni siquiera la punta de nuestros pies se tocaban.

Estábamos en una misma cama, mirando hacia el techo, aislados, sintiéndonos miserables, con el deseo bajo cero, yo sin embargo, tenía muchas ganas. Muchas ganas de huir.

Sí, el amor se acaba. Nos volvemos invisible para el otro y ellos para nosotros, sin importar que tan bellos o maravillosos seamos para los demás. Una cosa muy extraña, hasta injusta en cierto punto.

Me di cuenta de la influencia del Internet en la vida de estos tiempos, cuando mi desesperación me hizo pensar en buscar en Google que se hace en estos casos. De verdad quería encontrar respuestas.

Pero no, no hay nada que se pueda hacer, aparte de abrir los brazos y dejar ir.

Si la magia de pareja se vendiera, seguro que trabajaríamos todos solo para poder comprarla.

Sin intención de azarar ni deseándole a nadie la experiencia, me parece que el curso natural de las cosas nos lleva a ese punto, ese momento en que ya no sientes nada, aparte de la costumbre y un cariño estable, pero inútil.

Siendo así, no sé a quien se le ocurrió la idea de que a los 20 años de edad escogiéramos un compañero de trayecto que nos durara toda la vida, si el amor ¡no alcanza para tanto!

Sonara a broma, pero sinceramente, creo que deberían ser mínimo dos compañeros de viaje por existencia. Para poder seguir sintiendo. Para que no nos agarre la amargura de estar con alguien y sentirse solo o de todos los ayer que ya ni de relajo son.

En fin… Nadie nos lo dice, pero el amor se acaba y a veces no hay siquiera que hacerle nada para que se ofenda y se marche sin que vuelva a mirar atrás.



2 comentarios:

  1. Bella

    Te entiendo tan bien, que es como si hubiese escrito yo el post.
    Te mando vibras buenas de esas que quizás a mi también me hacen falta. Un abrazo grande.

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  2. Gigi, gracias siempre por tu seguimiento. Abrazo bien recibido :D

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