lunes, 23 de noviembre de 2009

Un corazón más sincero


En una de mis grandes salidas para distraer la mente de tantas letras y trabajo, me encontré de frente con un galán argentino, que me dedicaba una sonrisa encantando mientras estrechaba mi mano y me decía su nombre. Tenía una sonrisa de anuncio, unos ojos de muñeco, un rostro para comérselo a besos y no despegarse jamás. Casi caigo para atrás cuando la amiga que me lo presento me contó que era escritor. ¡Lo que yo siempre he soñado ser!

Era tan perfecto que me daba miedo seguirle hablando. Sentí tantos deseos de tenerlo en mi vida que me asusto. Y es que si un hombre así llega a mi corazón ¿Cómo se supone que lo deje ir si las cosas no funcionan?

Creo que no podría, aunque para ser sincera lo que no puedo es volver a enredarme en otra historia romántica, no lo resistiría, no por ahora.

Este asunto de andar enamorándose es uno de las cosas más complicadas de estar vivo, te pasa de todo en el camino, te convierte en masoquista, en tonto y si intentas rebelarte igual pierdes, te dobla las rodillas... Porque al final gana la necesidad de tener a alguien que llene tu vida de algo más que no sea trabajo, obligaciones, familia, religión y amistades. Ese sentir resulta más fuerte que tus razones o los traumas del pasado, es entonces cuando lo olvidas todo y lo intentas otra vez.

Lo que me sucede no es asunto de estar amargado, es asunto de ser humano y saber vivir con la misma aceptación y paciencia los momentos difíciles, como vivimos los felices.

Es cuestión de ser valiente y reconocer que no todo esta bien, que aunque al mundo no le guste escucharlo y prefiera que finjas, te sientes mal. Pero si fanfarroneamos nuestros éxitos y alegrías, ¿por que debemos esconder nuestras tristezas? ¿No forma eso parte de la vida? o ¿Es que este mundo esta lleno solo de gente feliz?

Hasta la Biblia menciona en el Eclesiastés: ¨Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora: Tiempo de amar y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra y tiempo de paz…¨

Ser honesta conmigo es lo mejor que puedo hacer, por eso preferí alejarme del argentino, su sonrisa hermosa y su mundo tan lleno de letras como el mío.

Ya sé que llegaran mejores tiempos, pero por ahora prefiero hacer oídos sordos al montón de consejos desesperados que me brindan y clausurar mi corazón hasta que sea capaz de amar de verdad…

Mientras eso sucede le sigo el coro a Anthony Romeo de Aventura y también le digo a Cupido:

♫ Dile al amor, que no toque mi puerta, que yo no estoy en casa, que no vuelva mañana.

A mi corazón ya le han fallado en ocasiones, me fui de vacaciones, lejos de los amores... Y dile al amor que no es grato en mi vida, dale mi despedida, cuéntale las razones…♫




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