miércoles, 30 de septiembre de 2009

Una mujer que detiene el transito


Completamente sumida en mis pensamientos estaba cuando me percate de que la mirada de un conductor estaba concentrada en mis pasos, con deseos de ser invisible me apresuré, dos segundos después brincaba del susto cuando el enamoradizo chofer chocó a otro vehiculo en plena avenida, provocando de manera instantánea una fila de carros en espera de que despejaran la vía para continuar el trayecto.

El ruido de las bocinas se podía escuchar a calles de distancia, los pasajeros gritaban desesperados por llegar a sus destinos, el caos imperaba pero no hubo más remedio que esperar a que los conductores discutieran, se amenazaran y hasta se enseñaran bates de béisbol para que finalmente movilizaran los autos y todo volviera a fluir con normalidad.

Yo había provocado aquel desastre y aunque fue una situación muy incomoda y peligrosa, mentiría si dijera que no me sentí un tanto importante por eso.

Recordé la expresión ¨una mujer que detiene el transito¨, y por primera vez en mi vida, con mis escasas 110 libras, puedo presumir de ser una de esas mujeres…

Ojalá un Amet no se de cuenta de mi peligroso efecto al cruzar las calles...


No hay comentarios:

Publicar un comentario