jueves, 8 de octubre de 2009

Arrepentido


Estaba tan pero tan joven cuando este chico entro a mi vida que apenas sabía donde estaba parada y el nombre de la escuela a la que asistía.
Por más de dos meses estuvo ¨calentandome el oído¨, con largas conversaciones telefónicas, cartitas de amor y dedicatorias de todo tipo de canciones, lo rechazaba porque era lo mas feo que había visto en mi existencia y todos sus conocidos, aunque lo adoraban corroboraban, la idea.
Nunca me gusto físicamente pero me sentía contra la pared y sin ninguna otra alternativa. Todas mis amiguitas ya tenían novios, algunas hasta ya había celebrado el primer aniversario de su noviazgo y yo me sentía más atrás que el mofle…
Por eso y por falta de un poco de inteligencia emocional, lo deje besarme la primera noche en que acepte salir con el a pasear. Para mi corta edad era un paso muy grande y aunque él no hizo la petición formal yo asumí que ya éramos novios y me emocione.
De pronto estaba toda ilusionada pensando en aquel adefesio viviente todo el día, esperaba con ansias sus llamadas o que sucediera nuestra próxima cita, pero ¨ohh sorpresa¨, de pronto sus llamadas fueron disminuyendo hasta el punto de pasarse más de cuatro días sin tener noticias suyas, un hombre que siempre había sido tan insistente en sus llamadas diarias.
No sabia que pensar, ardía de rabia al principio, pero después de dos días lo único que deseaba era que apareciera para que me explicara lo que estaba sucediendo.
Al sexto día apareció, para decirme que había estado en un campamento, algo que nunca menciono antes.
Una semana después partió a un país muy lejano de esta media isla para pasarse unos meses de vacaciones, situación que sirvió de remedio para mi fallida ilusión amorosa.
El se fue sin siquiera despedirse, cuando me informo que se iba le dije que estaba dispuesta a esperarlo, me dijo que mejor no lo hiciera y me rompió el corazón en muchos pedacitos.
Lo que más me dolió es que ni siquiera merecía mi atención, nunca me llego ni a los talones, un hombre que ni siquiera jamás me atrajo físicamente se había dado el lujo de dejarme llorando mares y añorando una llamada suya como un sediento anhela encontrar agua en el desierto…
Tanto que me rogó, tanto que me costo quererlo para terminar así, sintiendo más rabia conmigo que con él…
Y es que definitivamente uno no se puede dar el lujo de andar regalándole el corazón a cualquiera, el amor solo debe de ser apto para alguien que lo valore…
Un año después regresó y desde entonces no ha pasado un año de mi existencia en que no lo vea aparecer de sorpresa en mi vida, rogándome una oportunidad, el jura que ahora ve en mi todo lo que nunca vio y todas las llamadas que no llegaron cuando tanto las necesite ahora las bloqueo para no ensuciar mi vida con recuerdos que más vale ni tener…

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