jueves, 22 de octubre de 2009

Libre para usar tacones


Hoy lo vi camino al trabajo... Y cuando me percaté de que era él quien se acercaba, sentí mi corazón brincar y las piernas se me debilitaron... Se aproximó con su singular forma de caminar,como si fuera un soldadito de plomo; Su pelo cuidadosamente acomodado con gelatina y esa mirada atrevida que me solía dar cuando me quería besar. De pronto se me olvido la arrolladora rubia que ahora ocupa el que una vez fue mi lugar, así como se me olvido la prisa que originalmente llevaba por llegar a mi destino.
Mientras sus pasos se dirigían hacia mi, el mundo se detuvo, tal y como sucede en las películas, solo que con el extra de sentir mi corazón como un tambor retumbar dentro de mi.
" !Yuyita, es increible la coincidencia, siento que te llame con el pensamiento! Ahora mismo me preguntaba por ti," fue su saludo.
Y aunque parezca exagerado,esa simple frase me lleno de esperanzas(!me dijo que pensaba en mi!) De pronto me imagine volviendo a anhelar los momentos libres para encerrarnos en nuestra burbuja de amor o retomando las ansias de terminar el horario de clases para pasar un rato juntos entre los días de semana, además de readaptarme a escuchar el sonido de mi celular activo durante todo el día por sus constantes mensajes y llamadas cariñosas. Todo aquello pasó por mi cabeza en aquel brevísimo instante que separo su expresión de mi reacción.
"Estas hermosa a pesar de los tacones", dijo mientras se acercaba a mi mejilla para darme un beso que se frizó en el aire debido al estrepitoso sonido de su celular.
Al mirar la pantalla el rostro le cambio y le invadió una prisa que no supo disimular. Me pidió que lo disculpara un momento mientras se alejaba. De inmediato sentí como justo a mis pies cayo mi corazón con todo y vergüenza.
Y como por acto milagroso recupere la memoria y recordé la existencia de la despampanante rubia que ahora era dueña de sus labios... También recorde su odiosa manía de alejarse de mi cuando le suena el celular y dejarme con la palabra en la boca sin importar lo que este diciendo, pero sobretodo su especial desprecio por verme sobre tacones.
Condición que mantuvo a mi colección de zapatos elegantes tan encerrados y polvorientos como me fui sintiendo con todas las restricciones que me fue imponiendo Leonardo al pasar el tiempo.
Reglas que a pesar de acatar a la perfección nunca parecían satisfacer al exigente novio que me gastaba. Alimentando en mi un sentimiento de frustración creciente que en un momento determinado ya no quise ni pude ocultar... Se me había olvidado la sensación de no querer tenerlo cerca y todo aquello que me permitió dejarlo salir de mi vida sin ninguna resistencia... Entonces me fue cuando me di cuenta de que esta insistencia mía de quererlo de vuelta conmigo no era más que una amnesia momentánea mezclada con soledad. No era amor como creía, de hecho era más parecido al miedo y a los deseos de aferrarme a una ilusión, a una idealizacion y quien sabe cuantas cosas más.
Aprovechando que me dio la espalda para atender su llamada, reanude mis pasos y mi prisa como queriendo escapar de aquel cruel espejismo, esperando que esta vez no se me olviden las razones que me hicieron deponer mis armas cuando ambos estábamos en plena batalla con la vida... Completamente decidida a no volver a caer en los recuerdos y a usar mis tacones todas las veces que quiera sin sentir la preocupación de que a quien me acompaña le causan desagrado...

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