jueves, 31 de diciembre de 2009

Fiesta en mi cama


Exactamente siete mujeres estaban antes que yo cuando llegue al salon a las 8.30 de la
manana, y yo creyendo que practicamente iba a abrirlo... Me esfuerzo en verme bien, busco con esmero la blusa que complemente a la perfeccion el look que tengo preparado para recibir el 2010.
Las llamadas y mensajes en mi celular son insistentes, no se porque razon todos acuden a mi
cuando no saben que hacer, pero asi suele suceder.En esta ocasion trato de entender porque me buscan cuando nunca me he caracterizado por ser "la mas bonchera".
Nadie sabe que hacer y yo no se a donde voy despues de las doce, pero igual todos Estamos dispuestos y preparados para lo que sea esta noche.
Llega la hora de la cambiadera y eso me hace feliz, finalmente me pongo todo lo que compre para la fecha y tan pronto como empiezan a llegar los invitados cae mi autoestima al suelo. El atuendo que crei tan sensacional lo tiene una de mis primas y se ve terriblemente fatal. Corro al espejo para convencerme de que no me veo igual, pero ya nada me saca de la cabeza lo mal que luzco... Primer amargue de la noche.
La mitad de mis familiares me saluda preguntando por Leonardo, (en mas de seis meses ninguno tuvo tiempo para enterarse de nuestra separacion) como se nota lo unidos que somos todos...
Yo ni se que decir, comence a huirle a los saludos y a las personas, me arrincone de manera voluntaria, sinceramente agradecida con el que invento el Blackberry, unica cosa que me ayudo a de alguna manera a escapar.
Al fin llega la medianoche y salgo de mi escondite contenta, como si las felicitaciones y los abrazos fueran la formula magica para superar mi decepcion.
!Ahora vamos a festejar!, me dije, para una hora despues darme cuenta de que seguia sin lugar
para donde ir. Mi unica alternativa fue la que tuve el pasado anio: La esquina del "romodromo".
Una calle donde se reunen cientos de jovenes a beber y escuchar musica.
Me prometi no volver a dedicarle un 31 de diciembre a esa esquina, luego de que
pasara mas de la mitad de la noche bostezando, tratando de encajar en un ambiente que
definitivamente no se hizo para mi y recibiendo la presion de mi amiga Dorita quien cada
cinco minutos me decia que me avivara, tomara un trago y me olvidara del mundo.
Definitivamente era una experiencia que no queria repetir...
Ya a las doce de la medianoche, la mitad de mis amigos estaban ebrios y reunidos en el "romodromo",llamandome por segundos para que fuera con ellos. Mi familia me insistia para que me quedara con ellos y a pesar de todo yo seguia sin opciones.Queriendo hacer cosas que van en contra de lo que el mundo quiere un 31 de diciembre.
Y alli estaba yo, en casa de mi abuela, sintiendome realmente idiota por haberme esforzado tanto buscando ropa y haciendo un largo turno en el salon para al final decidirme por mi cama.
Si porque eso fue lo que hice, opte por dejar el mundo afuera con sus fiestas, sus excesos y emocion artificial, para irme de fiesta con Morfeo.
Elegi la comodidad de mis sabanas de corazoncitos, mi monton de almohadas multicolores y la sensacion de alivio que se siente luego de quitarse los tacones con los que haz andado toda una noche...

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